Durante el mes de octubre, nos reunimos para reflexionar en torno al placer femenino, a conocer qué entendemos las mujeres por placer, y la necesidad inaplazable de abrir el foco de lo que concebimos y entendemos por placer. De esta manera, cuando hablamos de placer femenino hablamos de sensaciones, momentos, estímulos sensitivos e incluso lugares que nos generan bienestar. Por eso, reducir el placer al ámbito sexual significa perdernos un horizonte lleno de matices y riqueza.

Además, las mujeres tenemos dificultades para identificar el placer propio, teniendo el mandato tradicional de complacer, cuidar desde la pasividad al otro, generalmente a los cuerpos leídos como hombres. Por eso, existen numerosas ocasiones donde se nos dificulta experimentar, vivenciar y expresar el placer de manera libre; pero lo que quedó claro a lo largo del encuentro de octubre fue que las mujeres desarrollamos estrategias personales y colectivas para poder habitarlo.

encuentros octubre 22